Diócesis de Tapachula

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Diócesis de Tapachula

 

Domingo de la Epifanía del Señor

05 de enero de 2020 Ciudad episcopal

 

  1. Muy querida familia diocesana, la solemnidad de la epifanía, que celebramos hoy, nos invita a recordar aquello que decimos en el prefacio de la Misa: ¡levantemos el corazón! Dios se manifiesta en Jesús, el Padre se manifiesta en el Hijo: tal es el contenido bello, maravilloso, inagotable y grande de esta fiesta. El invisible se ha hecho visible y nos ha hecho partícipes de aquello que esperamos: la vida eterna. Ahora que la Belleza Increada deja escuchar su voz en el niño Jesús y somos llamados a gozarnos en la visión del Eterno tenemos que dejarnos acompañar por un corazón contemplativo, unos oídos capaces de escuchar, un corazón capaz de acoger y una mente disponible para discernir lo que Dios nos pide en este 2020.
  2. Hemos iniciado este año nuevo que el Señor nos regala. Con este comienzo en el espíritu humano se renueva el propósito de ser cada día mejores personas. Que este deseo de mejorar también impregne nuestro servicio y trabajos pastorales. En los últimos meses del año pasado en la Vicaría de Pastoral discernimos que era necesario, como Iglesia Diocesana, revisar y programar nuestro caminar, pero con la modalidad de la cercanía y familiaridad de las Foranías. Quiero invitarlos a que cada asamblea sea vista como una oportunidad para «volver la mirada al Señor». Y que, desde Él y para Él, sean pensados los pasos firmes que como Diócesis daremos en proyección a la renovación y actualización de nuestro Plan de Pastoral.
  3. Sin pretender que las realidades que enseguida mencionaré sean el peso que incline la balanza de nuestras reuniones de Foranía, quisiéramos que no se pierdan de vista, ya que desde comunicados y reuniones pasadas los hemos visto como una constante en donde Dios algo nos quiere decir. La consciencia de ser una Iglesia misionera en salida, la familia, la cultura vocacional, la formación de los agentes de pastoral, la pastoral infantil, de adolescentes y jóvenes, los migrantes, la ecología, la economía solidaria y la seguridad social son temas que en nuestra Diócesis y en el Estado de Chiapas tienen una amplia oportunidad de abordarse pastoralmente. La creación del Equipo Diocesano de Emergencias es una respuesta que dimos el año pasado como Iglesia Local y nos puede ayudar este año para las posibles eventualidades que surjan. No obstante, necesitamos involucrarnos todos en cada una de estas realidades para hacer más visible el Reino de Dios entre nosotros.
  4. Encomendemos a la maternal protección de la de Virgen de Margarita Concepción, Reina de la Diócesis, y la paternal mirada de San José, los trabajos pastorales de este año.

Jaime Calderón

Obispo de Tapachula

 

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