Semáforo

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Semáforo

Exal Baltazar Juan Avila/APyPM/APM

¿QUÉ REGALO?

VERDE.

¿A quién no le gusta recibir un regalo y quién no lo ha recibido?

Prácticamente todos alguna vez recibimos desde un pequeño e insignificante anillo de fantasía hasta uno de oro de 18 quilates con incrustaciones de diamantes.

Cuando el obsequio ha sido de nuestro agrado lo presumimos ante amistades y familiares, gritamos el nombre del autor.

En ocasiones no es necesario celebrar o tener algún motivo para dar o recibir algún presente. Nace del corazón hacerlo.

Hay obsequios muy bien intencionados.

Desde luego la grata convivencia de un hecho importante jamás se olvidará y quedará en los recuerdos de todos los actores que participaron: el que llevó el hielo, los refrescos, la cerveza… los invitados… recordarán un detalle de la escena en el que intervinieron, por muy insignificante que este sea.

Una fiesta o reunión social sirve para estrechar los lazos de amistad, hermandad, amor, aprecio, desde luego también divertirse, abatir el estrés, socializar, hacer nuevas amistades o negocios, porque no decirlo ¡sumar simpatizantes a tu equipo o grupo político!

 

AMARILLO.

¡Aguas!

Cuando hay confianza, sobre todo confianza, porque no basta con que conozcas sus gustos para obsequiarle una prenda de ropa o perfume, puede que otros hagan lo mismo; puedes preguntarle: ¿Qué quieres que te obsequie?

De esta forma tú estas asegurando que “darás en el blanco perfecto”.

Para el anfitrión e invitados siempre existirá incertidumbre:

¿Qué me obsequiaran?

¿Qué le (s) compro?

Estas y otras interrogantes han existido desde tiempos inmemorables y han creado confusión, alegría o descontento.

Por tradición, cultura y educación, acostumbramos a GASTAR en una fiesta y como es típico… ¡hasta nos endeudamos! Todo por celebrar y que nuestros invitados se sientan y hablen bien de nuestro evento, pero también “siempre” habrá alguien que criticará lo “único” malo que hubo en la pachanga.

Solamente aquel que no haya organizado una fiesta o sido anfitrión, ya que hay empresas especialistas en organizar desde la mesa de obsequios hasta lo que va a vestir el festejado, todo en paquetes a elegir que se acomodan a su presupuesto; desconocerá los gastos y el ajetreo que ocasiona.

Ante estos tiempos difíciles es necesario romper con los esquemas y protocolos tradicionales de cualquier tipo de fiesta desde un bautizo, primera comunión (en los católicos), quince años, boda, cumpleaños, onomástico, porque ganó o perdió su equipo de futbol favorito, total, los mexicanos festejamos por todo y por nada.

En Oaxaca existe la tradición de obsequiar cartones de cerveza y mezcal para celebrar la pedida de mano y la próxima boda.

En otros lugares hacen compadres a los amigos y familiares que cooperan recibiendo el nombre de padrinos de vestido, zapatillas, anillo… bueno ¡hasta de ropa intima! Aunque este último no esté impreso en la invitación quizás por cuestión de pudor, imagínate: Fulano de Tal y señora, ¡padrinos de calzón!

Hasta hace algunos 20 años o quizás menos, se estilaba incluir en la invitación los nombres y de qué habían sido padrinos. Esto servía para que los próximos a contraer matrimonio o celebrar sus quince años, ya tuvieran en mente a su próxima víctima al que harían compadre.

Hubo quienes hasta tenían ya definido padrino de lo que les gusta participar. De esta manera, por muchos años y de muchas personas, fueron padrinos de… ¡hasta clientes eran!

Vuelvo a repetir y después de considerar que he logrado hacer conciencia de que los tiempos han cambiado y que necesitamos conservar esa convivencia con los demás seres humanos llamado sociedad, me atrevo a escribir:

¡Regala dinero!

Sí, regala dinero. Así la persona (s) podrá (n) comprar lo que realmente necesite. Recuperar parte de lo gastado o si es un “borrachote” ten la plena seguridad que se pondrá una borrachera que olvidará hasta su nombre, claro también hay quien sea un drogadicto y lo gaste en su adicción pero esto es “El juego de Juan Pirulero…”

Hay quien se sienta ofendido cuando obsequia o le obsequian “X” cantidad de dinero ¡pero si esto lo hacen las empresas grandes! Te venden unas tarjetas de la cadena comercial misma que obsequias para que compre lo que guste o necesite.

Ahora eres tú quien está dirigiendo la compra a esa tienda y sirviendo de empleado… ¡por favor! ¡Despierta, ah mexicanote!

Los tiempos no están para derrochar el dinero ¿o eres de los que estilan regalar algo mucho más económico que todo lo que te vas a tragar y chupar? Porque eso sí, llevan un regalo de 20, 50 o 100 pesos y beben en licor o cerveza y traga toda la familia ¡hasta el chucho!

¡Vas a obsequiar lo que el festejado quiera no lo que a ti te guste o estorbe!

Y para disimular una dignidad falsa lo ocultas bajo el prejuicio de que es una ofensa… jajajajajajaja…. Deja esos argumentos y sé más práctico (a).

Ahorra tiempo, esfuerzo y… ¡regala efectivo!

Si no puedes o no quieres regalar una laptop o un automóvil, piensa en que sí puedes cooperar para que él o los festejados reúnan la cantidad necesaria para comprar eso o lo que necesiten.

 

ROJO.

Si después de este análisis sigues pensando igual o peor, lo siento; pero esto puede provenir de las siguientes causas:

Primero. Que estés pensando en dar el clásico “roperazo”.

Esto es que aprovechas la oportunidad para deshacerte de algunos regalos que recibiste y no fueron de tu agrado, que están maltratados, no te quedaron o simplemente porque crees que llevan algún tipo de embrujo.

Segundo. No te gusta que te envíen una lista de obsequios sugeridos que “puedes” comprar en la tienda o boutique que él o los festejados hayan elegido, quienes a su a su vez recibirán entre un 10 a un 5 por ciento sobre el total de los productos vendidos.

Si lo vemos de la siguiente manera y tal como debe de ser “fríamente”: la empresa ahorra pago de empleados, incrementa sus ventas, aprovecha a deshacerse de algún producto en mal estado mientras llega la reclamación y de esta manera ganar tiempo para hacer el cambio o simplemente vende otro producto de igual o mayor precio.

Desde luego la vanidad es primero.

Tercero. Piensas que regalar dinero no es correcto o que trae mala suerte ¿acaso el obsequio te lo robaste?

¿Crees que por que lo pagaste con tarjeta de crédito o débito ya se rompió “la maldición”?

¡Por favor!

Cuarto. ¿Sabes qué va a pasar con tu regalo de no gustarle o quedarle? ¡Claro que fue una mala decisión! Pero corriste el riesgo por que a ti te convenía.

Quinto. Prefieres no asistir “para no crear compromisos” inventando 100 mil excusas de esas que tienes numeradas y en orden alfabético, pero tampoco eres digno (a) ni demuestras tu educación de enviar un presente a quien pensó en ti en un día tan especial para él, ella o ellos y crees que con enviar un mensaje diciendo: “Felicidades que la pases bonito”. “Que sean felices toda la vida”. “La próxima vez ahí estaré”. Etc. Etc. Etc. es suficiente.

Sexto. Piensas que tú para eso trabajas para darte tus gustos y prefieres pagar tu fiesta. No confundas el concepto “fiesta” con “antro”, “burdel”, “motel”…

Séptimo. El mundo gira alrededor del dinero. Todo se compra con dinero aún la salud y los gastos funerarios.

Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com  Cel. y Whats 962 10 80 934

Chiapas-México.

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