Columna Sur  

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Héctor Narváez

¿Derechito a una trampa?

El jaloneo por la consulta sobre la revocación de mandato del Presidente, no huele nada bien.

Mientras AMLO trae su propio juego, la oposición hace lo suyo para no dejar escapar esta oportunidad.

¿Van derechito a una trampa? Y si es así, ¿quién podría caer en ella? Porque de que hay un trasfondo en esto, lo hay.

¿Desean otra cosa?

Repito, como ya lo he escrito anteriormente en este espacio: a pesar de los malos, malísimos resultados del primer referéndum en México y en el cual se buscaba llevar a juicio a los ex mandatarios nacionales, el inquilino de Palacio Nacional insistió en el siguiente ejercicio para el mes de marzo del próximo año.

Sin embargo, se topó con pared, pues primero no estaba modificada la ley de revocación de mandato.

Así, los Diputados Federales y Senadores se pusieron a trabajar –como si fuera un asunto prioritario del país, más que la atención a la pandemia o los problemas de seguridad o de la pobreza–, para proponer una nueva iniciativa y sacar lo más rápido la nueva reglamentación.

Nada más que el PAN, PRD, el aliado PT, PRI y Movimiento Ciudadano se opusieron a un periodo extraordinario en el Congreso de la Unión.

Mientras, el líder de los Senadores de Morena, Ricardo Monreal, le metió el acelerador al presentar la modificación a la pregunta que se plantearía en la consulta: “¿Estás de acuerdo con que el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos, continúe ejerciendo el cargo hasta que concluya su mandato?”.

Pero, los priistas como la presidenta de la mesa directiva la Cámara de Diputados Federales, Dulce María Sauri Riancho, exponía que el referéndum no se debe de hacer en la fecha que propone el Presidente, mientras los panistas lo mandaban para realizar hasta en septiembre del año entrante.

A pesar de estos obstáculos, Morena se alió con el PES y el Verde y sacaron la nueva Ley Federal de Revocación de Mandato, con la cual pareciera que desean otra cosa, menos que permanezca AMLO en el poder.

¿Todos de acuerdo?

Eso de que tuvieron que recurrir a “los pececitos” y a “los tucanes”, da mala espina. Porque también entre ellos hay mafiosos del pasado.

De entrada, a pesar de los cuestionamientos que han hecho, reformaron el artículo 35 de la Constitución para que el INE sea el encargado del proceso para la revocación de mandato del Presidente de la República.

Esto, después de que así lo soliciten ya sea el mandatario en turno, el 33 por ciento de los integrantes de la Cámara de Diputados Federales o del Senado o el 3 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal.

La revocación de mandato tendría validez si participan el 40 por ciento de los electores, que serían casi 37 millones y medio de mexicanos. Si alcanza esa cifra y una mayoría votó para que ya no continúe el actual Presidente, López Obrador tiene que separarse de inmediato del cargo.

Aunque aquí se encuentran varias lagunas: primero, debe de esperar que el Tribunal Federal Electoral declare valida la consulta de renovación. Dos: que se presente la solicitud del tres por ciento de los inscritos en la Lista Nominal que serían alrededor de 2 millones 800 mil ciudadanos y que correspondan a 17 entidades federativas.

Y lo tercero y último: en el 2018 los mexicanos elegimos por un Presidente para un mandato de seis años.

Si el resultado en la siguiente consulta es que ya no continúe AMLO en el poder, esto se puede convertir en el mayor pleito legal en toda la historia del país.

Porque, suponiendo que se dé un escenario de ese tipo: se cumple con el 40 por ciento de la participación, la mayoría dice sí a la revocación de mandato y el Tribunal Electoral valida el referéndum, entonces el presidente de la Cámara de Diputados Federal asumiría de manera interina el Gobierno Federal, que sería Dulce María Sauri Riancho, del PRI.

Y de ahí, tendríamos los 30 días más largos de México, cuando en el Congreso de la Unión se debatiría nombrar a un nuevo presidente que concluya el mandato que sería de más de dos años, lo cual no está nada fácil, porque los grupos se meterían en una feroz pugna por quedarse con la Presidencia.

A menos, que esos mismos grupos se hayan puesto de acuerdo y permitan que se consuma la revocación de mandato y hasta ya cuenten con el reemplazo.

Por eso, hice la pregunta desde el principio: ¿Derechito a una trampa? En todo esto hay un trasfondo, que no huele nada bien.

Moraleja: Cuando el río suena… ¡Agua lleva!

Al margen: ¡Se van “los chapulines”!

Termina la legislatura en la Cámara de Diputados Federales y 99 se cambiaron de camisa como quitarse la ropa interior.

Y de todos los partidos: del PT que se pasaron al Verde, del Verde que brincaron al PES, del PES que cambiaron a Morena y de Morena que se regresaron al PT. Se van “los chapulines”. ¡Ojalá que tengan mayor dignidad los que llegan!

Por último: ¿Seguirá al frente?

A quien si le deben de hacer renovación de mandato y sin necesidad de consulta, es al dirigente estatal del PAN en Chiapas.

Carlos Palomeque Archila, no entregó buenos resultados en las elecciones pasadas ni con la alianza en la que participó. En cambio, se dice que de nuevo sacó jugosas ganancias con las candidaturas, los acuerdos para el día de las votaciones y toda “la pepena” que hizo después. ¿Seguirá al frente? ¡Como que se están tardando los militantes para cambiarlo!

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